Quién Soy

Fundadora de la Escuela Herbolaria y Directora en Diario de una Naturalista | Divulgadora naturalista

¡Hola! Soy Eleonora Diez Posterivo, nací y vivo actualmente en Capital Federal, Buenos Aires, Argentina. Viví mis primeros siete años frente a una plaza en Castelar, Provincia de Buenos Aires, Argentina, cuando en el barrio sólo habían unas poquitas casas y calle de tierra. Siempre fui una nena solitaria, y no creo que haya sido por el hecho de ser única hija. Mi universo eran las plantas, los animales, el arte y los libros. Los bichos, siempre los bichos, las estrellas y María Elena Walsh (una maravillosa cantautora argentina). Creo que por entretenerme tanto con ellos es que aprendí tarde a andar en bicicleta. Tal vez, encontraba en esas fragilidades una proyección de mi propia fragilidad. Hoy continúa siendo así. Siento que el arte y la naturaleza son un camino espiritual; esos mundos se unen en uno solo. No encuentro el límite entre poesía y naturaleza o naturaleza y arte, y creo que fue esa idea la que, en primer lugar, me llevó a estudiar literatura y publicar dos libros de poesía naturalista: Aguas Negras (Alción Editora, 2017) y Alimento para la fe del cuerpo (Halley Ediciones, 2019); y en segundo lugar, a estudiar las plantas para luego dar vida a la Escuela Herbolaria.

Nacida en Haedo, provincia de Buenos Aires, a lo largo de mi vida viajé y viví en distintos lugares de mi país: la costa bonaerense, Bariloche (Río Negro) y Villa General Belgrano (Córdoba), entre otros. Estudiosa incansable de la naturaleza, de cada sitio aprendí y me nutrí: los secretos de las plantas saludables, la conducta de los animales, el contacto con la tierra, el diálogo con los lugareños de las distintas regiones de nuestro país. Estas experiencias fortalecieron mis ansias de conocimiento y las complementé con diversas capacitaciones a lo largo de los años. También, y lógicamente, recurrí a mis amigos los libros, ellos son los que guardan la tradición oral de los pueblos y los últimos descubrimientos científicos.

Formación:

  • Bachiller en Ciencias Exactas.
  • Literatura, Escritura y Poesía (El Respiradero, Cursos y Talleres Literarios; Centro Cultural Borges; Villa Ocampo).
  • Plantas que curan (Facultad de Agronomía, UBA).
  • Medicina Integrativa (Universidad de Belgrano).
  • Plantas Curativas Medicinales (Instituto Argentino de Terapias Naturales).
  • Fitoterapia (Escuela Argentina de Naturopatía).
  • Fitomedicina (Sociedad Latinoamericana de Fitomedicina).
  • Nutrición Natural y Salud Holística (Docente e Investigadora Liliana Racauchi).
  • Árboles Nativos de Argentina | Iniciación a la Observación de Aves (Organización Nacional Aves Argentinas).
  • Ornitología | Comunicación | Flora y Fauna Argentina (Escuela Argentina de Naturalistas, Organización Nacional Aves Argentinas).
  • El ABC de la Biodiversidad. Cómo incorporar a la naturaleza en la toma de decisiones (Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible de la Nación).
  • Lic. en Historia (Universidad Pedagógica Nacional). En curso.

Actualmente, brindo capacitaciones en Escuela Herbolaria y escribo en el medio de comunicación digital Diario de una Naturalista. Este camino y los que proyecto emprender, son para mí ya no sólo un trabajo sino, por sobre todo, una misión.

«Alimento para la fe del cuerpo es un alquimista que nació como respuesta a la incertidumbre. Acorta el camino entre naturaleza y verso, danza en intervalos con la vida y la muerte. La fuerza de la flor y la vulnerabilidad de la creencia se constituyen como eje del cuerpo, el alma y la razón. Plenitud y carencia del universo en un manifiesto, un grito, un cultivo, después contemplación y espera. El mago contenido en sus páginas nutre y honra el vacío hasta volverlo poesía.»

«En la gaviota y en el barro, en la sequía y en el rododendro, en el río, el caracol y la nieve, se manifiestan los designios de Dios. La naturaleza es su clara y magnífica obra. Asimismo, en la frase cuidada, el uso equilibrado del adjetivo, la metáfora oportuna y el oxímoron iluminador, respira también la poesía. Aguas negras corre el velo y muestra lo evidente: poesía y naturaleza tienen un mismo aliento. El puente entre ambas es la pasión humana. Con el correr de estas páginas, asistimos al suicidio de las flores, las horas quietas, la palabra como daga y, también, a las diversas formas en que el amor deja su impronta. Con claridad y contundencia, estos poemas recuperan el don y la dimensión de lo sagrado, un ars poetica de lo esencial. Eleonora Diez enlaza universos que, acaso, tengan una misma significación. Su libro, de sólida pluma y ávido corazón, honra este vínculo.»

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